Infección renal por el bacilo de Koch y que, habitualmente, se extiende por la vía canalicular a las vías urinarias y genitales (pelvis, uréter, próstata, uretra, epidídimo). El origen es, frecuentemente, pulmonar y se da en el 4-8% de los pacientes con tuberculosis pulmonar, tras un intervalo de cinco a ocho años. Predomina en varones entre los 30 y los 50 años. Suele cursar con disuria, polaquiuria, nicturia, leucocituria persistente, hematuria, cólico nefrítico por cálculos o coágulos, etc. A veces, la primera manifestación es una epididimitis uni o bilateral. En estados avanzados presenta un cuadro de nefropatía intersticial crónica con poliuria, polidipsia e insuficiencia renal. El diagnóstico se realiza con el aislamiento del bacilo de Koch en la orina (cultivos repetidos en medio de Lowenstein). Se estudia la intensidad y extensión de las lesiones con exámenes radiológicos (ecografía, urografía, cistografía, etc.). Un hallazgo típico es el riñón mastik (calcificación total del riñón y del uréter) y son frecuentes la estenosis urinaria y las calcificaciones. Se trata con tuberculostáticos y ocasionalmente puede asociarse a cirugía (catéter ureteral, nefrectomía, etc.).